Reportaje

¨Mi película apuesta a un espectador politizado”

El director Sebastián Sarquís presentó su nueva película El mal del sauce y reflexionó sobre le presente del cine nacional y la influencia en su auge de la Ley de Fomento del Cine.

¿Cómo es filmar en la Argentina hoy?
Filmar siempre fue complejo. Siempre fue difícil y hay muchas aristas. Hoy se han facilitado un poco las cosas porque tenemos una buena ley de cine que nos permite obtener ayudas del instituto y por otro lado la nueva ley de medios ha contribuido a federalizar contenidos.
De todas maneras siempre fue difícil filmar, y no solamente aquí sino en todos lados, porque los costos son levados; hay mucha gente que interviene.

¿Hay un florecer del cine argentino con respecto a las últimas décadas?
Quizás por estos dos elementos que se conjugan, por un lado la ley de cine, que permite obtener los fondos para filmar, y la ley de medios. Por otro lado desde el Instituto hay un apoyo importante.

Me refería más a la cualitativo de las nuevas producciones que a lo cuantitativo, porque hubo épocas donde se filmaron muchas películas pero de baja calidad artística.
Eso creo que es coyuntural. El público es diverso, a veces es más exigente, pero hay público para distintos tipos de propuestas.
Lo importante es que si tenemos una ley y un gobierno y un organismo que apoya la realización de filmes, vas a tener más posibilidades de tener mayor calidad.

¿Y cómo ve al público argentino de cine. Se nota que proviene de una sociedad más politizada?
Ayuda porque pone al espectador en un lugar de duda, que implica la razón, y la razón implica que el espectador empieza a querer ver otro tipo de cine.
De algún modo mi película apuesta a ese espectador. Yo mismo me siento un espectador activo, y me gusta ser un espectador activo porque me gusta ir a ver una película y ser parte de esta. No me gusta lo predigerido, lo prearmado o la película que a los quince minutos ya se como va a terminar, eso me defrauda y me desagrada. Por eso mis películas apuntan a ese público que es el que soy yo como espectador. Trato de integrar al espectador a mi propuesta.
Esta coyuntura de una sociedad politizada y contestataria ayuda a tener ese tipo de espectador.

¿Hay retroalimentación de la sociedad con el arte?
Absolutamente. Es que si no hay propuesta desde el arte no hay forma de nutrirse. El espectador o el lector o el oyente o lo que fuera, el que recibe la propuesta artística desde el otro lado, si no la recibe no se retroalimenta y el que produce tampoco lo puede tener.

Tu última película se estrena en una sala INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales) de Almirante Brown, ¿cómo influye en los creadores estos nuevos espacios como las salas o el nuevo canal de tv del Instituto?
Es un poco lo que decía antes. Desde la misma ley de fomento del cine tiene una pata fundamental, a mi criterio un poco a modo experimental, que es la pata de la exhibición, que hoy es el problema más grave que hay a la hora de encarar una nueva producción, porque mal o bien la vás llevando adelante, pero cuando la finalizas no tenés donde exhibirla, porque los grandes tanques norteamericanos ocupan todas la pantallas. En los complejos de cine muchas veces tenés varias salas exhibiendo la misma película, en 3D; con subtítulos; hablada en castellano. Todo esto nos ha quitado mucha pantalla. Esta iniciativa de los Espacios INCAA nos ha permitido mostrar, en mi caso, esta película en zona Sur que de otro modo no te digo que sería difícil sino imposible porque no se puede entrar a estos circuitos de cine no ya con mi película sino con muchos estrenos del cine argentino. Por eso es una pata fundamental tanto como la producción.

Todavía falta llegar a los canales de aire
Por un lado es cierto, pero por otro lado vuelvo a lo que te decía al principio. La nueva ley de radiodifusión que todavía esta de alguna manera implementándose, ayudo y va ayudar porque los contenidos se van a tener que federalizar, o sea que va a ser más difícil para los canales no poner producción nacional, y a los productores nos permite producir y a los actores poder trabajar. En definitiva que los espectadores puedan ver nuestra propia indiosincracia y dejar de seguir viendo enlatados que venimos viendo desde hace años.

¿Cómo se ve el futuro del cine argentino?
Yo lo veo bien, de alguna manera con esto que venimos hablando, con el apoyo desde la ley de medios, de la ley del cine y desde esta movida cultural que se está gestando.
En la cantidad está la diversidad y en la diversidad está la calidad, que es lo mejor que nos puede pasar como sociedad, poder producir y mostrar nuestras cosas, y como espectadores ver nuestras propias historias.

¿La integración latinoamericana que se está viviendo abre mercados nuevos para nuestro cine?
Sin duda. Si bien esta en proceso, creo que si, si bien así como es muy difícil estrenar películas argentinas en nuestro país, ni que hablar de que como espectadores no vemos cine de Brasil; ni de Perú, ni de ningún lado. Te diría más, ni de países europeos, que son potencia en la materia, porque Francia produce doscientas películas anuales y nosotros vemos tres o cuatro, entonces desde ese lugar también como espectador estamos aislados.

 
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