Cultura

Lomas de Zamora

La Comedia Municipal cierra el año con "Jettatore"

Este jueves 13, a las 19.30hs, en la Biblioteca Mentruyt (Italia 44), la obra de teatro “¡Jettatore!” de Gregorio de Laferrere, en su versión adaptada por la Comedia Municipal. La entrada es libre y gratuita.

Los personajes y el elenco son: “Lucía” (Soledad Bautista), “Pepito” (Gabriel Beck), “Doña Camila” (María Rosa Sparza), “Carlos” (Gustavo Pardi), “Leonor” (Florencia Caeiro), “Don Juan” (Ricardo Larrama), “Don Lucas” (Eduardo Nicolau) y “Enrique” (Pablo Cordonet).
La puesta en escena y dirección general está a cargo de Nelson Valente, el asistente de dirección es Leandro Arancio, el diseño de vestuario fue realizado por Gabriel Beck y las ilustraciones son de Pablo Cordonet.
Es importante recordar que la Comedia Municipal es un cuerpo estable dirigido desde 2004 por Nelson Valente, que se presenta con su elenco durante todo el año en diversos escenarios locales con obras de autores nacionales y extranjeros, adaptadas especialmente para distintos ciclos, con el objetivo de llevar en forma accesible la actuación teatral a todos los niveles de la sociedad.
Las obras presentadas en los últimos años fueron: “Usted puede ser un asesino” de Alfonso Paso en 2005, “El burgués gentilhombre” de Molière en 2006 y “Un sueño de barrio” de Roberto Fontanarrosa a fines de 2006 y durante el 2007.
En el 2008 también presentaron otra obra de Fontanarrosa, “La Mesa de los Galanes” y, para el 2009, preparan “¡Jettatore!” de Gregorio de Laferrére. Todas estas piezas teatrales fueron adaptadas y preparadas por los artistas que pertenecen al cuerpo.

La Obra

Don Lucas Rodríguez, “Jettatore”, nunca imaginaría que el día en el que decide cambiar su vida, al pedir a Don Juan la mano de su hija Lucía, se vería involucrado en una situación límite, en extremo grotesca y de la cual sería muy difícil de salir e imposible de olvidar.
“Jettatore” fue estrenada en 1904, pero su humor chispeante e ingenioso sigue vigente. Por una parte, es una burla de notable puntería de las supersticiones populares y, por otra, constituye una convincente demostración de los efectos contundentes de una calumnia bien orquestada.